Digitalización, transformación digital, industria 4.0…son términos que están cada vez más de moda. A diario leemos y escuchamos noticias con titulares como:
📰 «Digitalización, paso esencial para las PyMES»
🎙 «Es el momento de la Industria 4.0«
🖥 «La transformación digital para salir de la crisis»
Si algo podemos sacar en claro de todos estos artículos es la gran importancia que esto supone. Es una revolución. ¡La cuarta revolución industrial!
Vale, si. La transformación digital de las empresas es muy importante
La irrupción en el mercado de gigantes tecnológicos como Amazon, Cabify, Airnbnb o Netflix ha revolucionado sectores tan dispares como el comercio, el transporte, la hostelería y el entretenimiento.
En este escenario la transformación digital se presenta como la única arma que las pequeñas empresas tienen para poder sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo.
Digitalizarse o morir
¿Es esto cierto?
¿Realmente es tan importante la transformación digital?
El problema es que parece que nadie tiene del todo claro a que nos referimos cuando hablamos de «transformación digital». Es un término ambiguo del que se ha abusado hasta el punto de que en ocasiones nos sugiere más bien:
😎 Una moda a la que toda las empresas se quieren sumar sin saber demasiado bien lo que significa.
👩🏼💻 Una forma de dar buena imagen para que tu negocio se asocie con innovación y modernidad.
💰 Una fachada detrás de la cuál todo sigue funcionando igual que siempre a pesar de haber gastado una millonada en el software de gestión más puntero del mercado, en el consultor de moda del sector o en el plan de acción estratégico que iba a revolucionar la empresa.
🤫 Una burbuja a punto de estallar que propicia la aparición de nuevos gurús expertos en transformación digital que nos ofrecen su «masterclass» repleta de términos ingleses para aprender a utilizar post-it de todos los colores.
¿Quiere decir esto que la transformación digital es un mito?
En mi opinión no.
A pesar de esta introducción tan pesimista soy firme defensora de la importancia de las nuevas tecnologías .
Creo que vivimos en un momento maravilloso en el que puedes montar un negocio desde el que trabajar desde cualquier parte del mundo con tan solo un ordenador, hacer llegar un vídeo tuyo a millones de personas con un solo clic o fabricar en redes de voluntarios de todo el mundo pantallas protectoras contra el COVID en impresoras 3d.
Creo que los avances tecnológicos que hacen que todo esto sea posible suponen una gran revolución que cambia por completo las reglas del juego. Un juego que no ha hecho más que empezar y en el que lo mejor está por llegar.
Y por supuesto creo que la industria y el mundo empresarial en general puede beneficiarse en gran medida de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
No solo puede.
Debe.
Con sus luces y sus sombras la transformación digital no es más que una gran oportunidad de emplear la tecnología que está transformando el mundo como medio para adaptarse a este cambio.
¿Cuál es el problema?
En mi opinión en el debate sobre digitalización e industria 4.0 se ha puesto el foco en los grandes proyectos de innovación de las grandes empresas que utilizan tecnologías punteras.
Así, cuando pensamos en transformación digital nos viene a la mente palabras como Internet de las Cosas, blockchain, Big Data, inteligencia artificial, realidad aumentada, sistemas ciberfísicos, fabricación aditiva o computación en la nube.
Asociamos la transformación digital de empresas a un mundo glamuroso en el que grandes expertos intentan resolver con éxito preguntas como…¿La inteligencia de una máquina puede ser igual o superior a la de un humano? ¿Cómo evaluar las amenazas de ciberseguridad a las que mis activos están expuestos? ¿Cómo puedo sensorizar mis sistemas para vigilar mis procesos en remoto? ¿Qué robot colaborativo integrar en mi fábrica inteligente?
Y para responder a estas preguntas se llevan a cabo grandes esfuerzos para desarrollar e implementar soluciones tecnológicas vanguardistas.
Y llegamos al problema…
Los grandes olvidados, las pequeñas empresas.
La realidad empresarial de la pequeña y la mediana empresa se encuentra en general muy lejos de estos grandes proyectos punteros de innovación. Hay una gran brecha entre la situación de los gigantes del sector y de los pequeños negocios.
Podemos considerar la digitalización como un paso previo a la Industria 4.0., en el que debemos informatizar e integrar nuestras operaciones y aplicaciones antes de poder monitorizar nuestros sistemas para entender su funcionamiento y poder predecir y automatizar nuestros procesos.
La realidad es que a día de hoy este primer paso en muchos casos está aún por dar, ya que muchas pequeñas empresas aún no tienen digitalizados ni integrados sus procesos. A pesar de que estos proyectos de digitalización a pequeña escala son mucho más sencillos de desarrollar y de implementar que los grandes proyectos de Industria 4.0. Y de que hay un montón de herramientas disponibles, algunas incluso gratuitas, que podemos utilizar.
Podemos entrar a discutir sobre si realmente la digitalización es una obligación, y la supervivencia de las empresas depende de ello. Pero desde mi punto de vista lo que está claro es que, obligada o no, la transformación digital de los pequeños negocios es una forma de aumentar sus beneficios. Y sobre todo de poder delegar en la tecnología tareas repetitivas e improductivas para permitirnos aprovechar mejor nuestro recurso más valioso: el tiempo.
Si la digitalización de los pequeños negocios es tan útil, ¿por qué hay tantas pequeñas empresas que siguen gestionando todas las áreas de su negocio de forma manual?
Quizás algunos de ellos no necesitan cambiar su funcionamiento respecto a «cómo se han hecho siempre las cosas» (o eso creen). Y otros muchos creen necesitarlo pero no tienen los conocimientos necesarios para poner la tecnología a trabajar para ellos.
La gran pregunta que todos estos emprendedores y pequeñas empresas se hacen es simplemente…
¿Qué tengo que hacer y cómo lo tengo que hacer?
Igual necesitas crear esa tienda online, página web o redes sociales. O igual no.
Igual es mejor trabajar en la nube que en local. O igual no.
Igual es imprescindible comprar ese software de gestión de reservas tan completo. O igual no.
Igual el excel es la forma más sencilla de gestionar tus cuentas y de crear tus facturas. O igual no.
Igual necesitas un sistema CRM vinculado a tu email y tu página web que te permita gestionar de una forma mucho más eficaz la relación con tus clientes. O igual no.
Y la lista podría seguir…
No hay una respuesta única que solucione todos los casos, porque cada empresa es distinta y tiene diferentes necesidades.
Pero hay algo que todas las personas que quieren transformar digitalmente su empresa necesitan.
🛠 Necesitan poner en marcha y usar herramientas tecnológicas.
👨🏼🏫 Y necesitan asesoramiento y formación.
No solo para saber cómo utilizar estas herramientas tecnológicas, sino para saber en primer lugar qué herramientas es mejor utilizar.
Si tú eres una de estas personas, estás en el lugar indicado 🙂